Los Señores de la Vida y de la Muerte
cierran con sumo cuidado la puerta detrás de nosotros para que no
hablemos plenamente de nuestro pasado, para que no recordemos
nuestros primeros temores y amores. No dejarían pasar algo que
pudiera inquietar o apaciguar nuestro ánimo.
martes, 19 de febrero de 2013
miércoles, 6 de febrero de 2013
Con motivo del 5 de febrero
El pasado martes 5 de febrero fui comisionado a dirigir la ceremonia municipal y, al mismo tiempo, hacer la reseña de la Constitución. Como el término "reseña" parece tener varios significados, me apegué al que conozco y me parecía más adecuado para el acto: un texto que narra un recorrido... así que me propuse hacer un recorrido por las formas en que la Constitución puede ser vista.
He aquí, pues, mi intervención.
La
promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos fue un cinco de febrero hace 96 años. ¿Cuál es su
importancia? ¿Por qué es un día de conmemoración y festejo? ¿A
qué se debe que haya ceremonias en los tres niveles de gobierno?
¿Por qué se le llama “Carta magna”?
México
es un país diverso y de grandes contrastes. Las necesidades por
satisfacer son distintas y los recursos para hacerlo no tienen la
misma disponibilidad. En México conviven grupos con intereses
disímbolos, algunos contrarios; es un país con diferentes visiones
de la vida, del mundo, del ser humano. México comparte actividades
económicas y políticas con otros países. Así, para organizar las
acciones y actividades públicas que se realicen en México y para
México, pero también para la convivencia con otros países, es
necesario un conjunto de leyes de alcance nacional, un conjunto de
leyes básicas de las cuáles se deriven todas las demás leyes. Esta
es una característica de la Constitución: constituir las
diversidades en una sola nación.
La
Constitución es una obra social que podemos ver desde varios
ángulos. Por ejemplo, las condiciones en que se elaboró. En 1916
México tenía un poco más de 15 millones de habitantes. Viviría
aún baños de sangre en la lucha por el poder. Grupos con visiones
muy diferentes permanecían prestos para hacerse escuchar o para
imponer su voluntad a través de las armas. Carranza, entonces
presidente, convocó a un congreso que redactara una constitución
que debería tener tres características básicas. Una: que fuera un
documento representativo de la voluntad nacional. Dos: que sentara
las bases para la construcción de una nación en donde la ley
rigiera las acciones del gobierno y la población. Y la tercera
respondía a ordenar la situación de inestabilidad. Para garantizar
la representatividad, el 22 de octubre de 1916 se realizó una
votación para elegir a quienes serían los diputados constituyentes.
Un criterio de elección fue un representante por cada 60 mil
habitantes. Sin embargo, esa representación de la voluntad nacional
no fue tan nacional, pues no podrían participar de igual manera
quienes eran contrarios al grupo carrancista, como fue el caso de
Chihuahua, donde Villa tenía influencia; tampoco participarían
quienes mantenían una visión diferente de Carranza, a quienes
llamaba “enemigos de la Revolución”. Otro criterio fue el ser
oriundo de México. No obstante, hubo un diputado constituyente de
origen cubano aunque educado en México desde los ocho años.
Originalmente
el Colegio Electoral para integrar el Congreso se instalaría el 20
de noviembre en la ciudad de Querétaro. Pero no fue así en la
fecha, pues varios de los representantes electos no llegaron a tiempo
debido a dificultades en las vías del tren. Otros, como Carranza,
hicieron el viaje a caballo de la capital a Querétaro. Ya instalado
el Colegio Electoral, hubo fuertes enfrentamientos entre los que
serían constituyentes. Se debieron a intereses que tenían los
presuntos diputados de manera particular o del grupo al que
pertenecían. A guisa de ejemplo podemos mencionar el hostigamiento
que sufrió el grupo de los Renovadores por parte de de Álvaro
Obregón. O la no aceptación de Alfonso Cravioto porque había sido
legislador durante el gobierno de Victoriano Huerta.
Además
de sus orígenes, podemos ver a la Constitución de 1917 a través de
su antecesora, la Constitución de 1857. En varios sentidos fue un
avance: el tema laboral y el agrario, el fortalecimiento del Estado
laico y del federalismo, el reconocimiento de los derechos
individuales y colectivos, la libertad de expresión, el papel de la
educación por mencionar algunos. Sin embargo, en otros aspectos fue
un retroceso. Mientras la Constitución del 57 que Juárez promulgó
favorecía la libertad económica y con ello la creación de la libre
empresa, la Constitución de 1917 la frenó al promover una clara
intervención del Estado en la economía.
También
podemos ver a la Constitución por su contenido. En este sentido es
un mosaico heterogéneo que pretende grandes alcances. Se trata de un
texto progresista y muy ambicioso, en el buen sentido de la
expresión, pero que en el afán de asegurar logros toca aspectos de
manera sumamente detallada, en cambio otros o no los toca o los
tiene desperdigados.
¿Cuál
ha sido el papel de la Constitución en la vida nacional? No obstante
haber sido promulgada en 1917, fue hasta 1997 cuando muchas
decisiones nacionales dejaron de estar centradas en la persona del
presidente para dar paso al Estado de Derecho. Así, el acontecer
nacional habrá de inspirarse de manera efectiva en las disposiciones
constitucionales 80 años después de su promulgación. Es importante
reconocer también los cambios que ha experimentado el texto
constitucional. Algunos han sido comprensibles y necesarios pues los
contextos, internos y externos, han cambiado. Otros se debieron,
precisamente, a la influencia del presidente en turno más que a una
necesidad real.
¿Cómo
ver la Constitución orientados hacia el futuro? México enfrenta
grandes retos que deben servir para revisar y evaluar el texto
constitucional. Desde el detalle y amplitud en que está formulado,
que muchos califican como sobrelegislado, hasta los temas que aborda
y los que omite. Señalo algunos. Hace falta incorporar o fortalecer
el tema ecológico y económico, la necesidad de un desarrollo que
permita satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin
poner en riesgo a las generaciones venideras. En cuanto a lo
político, la democracia participativa es una exigencia pendiente
aún: pero no solo en materia electoral, tenemos la necesidad de
transitar de un sistema representativo, en que los gobernantes tienen
un poder casi absoluto después de haber sido electos, a un sistema
en que la sociedad no solo se exprese sino pueda participar, de
manera directa, efectiva y continua en la toma de decisiones; un
sistema en que lo social sea lo prioritario y no el culto a la
persona en el poder, con los autoritarismos que esto favorece; un
sistema en que se incorpore a los que no tienen voz en lugar de segur
siendo gobernados por camarillas de poder, familias u oligarquías.
En cuanto al tema social, necesitamos pasar de los buenos deseos a
los hechos, de manera que la diversidad de cada individuo, plasmada
ya en la Constitución, se transforme en igualdad de oportunidades
para el desarrollo.
Si
queremos una sociedad más justa y equitativa, sólo mediante una
visión crítica y propositiva podremos participar y cooperar en el
paso de la buena intención a la acción. Y para ello es necesario
promover la libre y pública discusión de las ideas contenidas en la
Constitución, para que esté a salvo de incongruencias o
contradicciones, discusiones donde se aprenda y practique la toma de
decisiones de una manera racional y razonable. Para ello es necesario
conocerla y confrontarla con la realidad, o con las realidades de
nuestra diversidad.
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