domingo, 20 de abril de 2014

Soledad


Cuando las paredes se derrumben
perturbando a los sueños sus gemidos
mis labios habrán de posarse secos
en las mejillas dispersas del polvo.

Besos míos quedarán grabados
entre sus llagas duras y calientes

Sin más qué ver
unos ojos puestos en este rostro
por ahora mío
vagarán tras sus últimas imágenes

agitando al remanente de memoria.

Huauchinango, 1997.




La soledad, 2014.

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