Carlos Fuentes dijo en alguna ocasión
que la primera responsabilidad de un escritor es con la imaginación
y la palabra. La invitación hoy es a imaginarlo porque, en sus
palabras, “el que recuerda imagina y el que imagina recuerda”.
Durante su vida, tras haber publicado a
los 26 años la obra que lo dio a conocer, Fuentes actuó fiel a esa
responsabilidad.
Finalmente, el autor de ensayos,
novelas y cuentos y más cuentos murió un 15 de mayo.
Sí, murió
aunque no como Artemio Cruz ni como el Gringo Viejo. Fuentes murió
al lado de Aura y llegó a La región más transparente, pero lo hizo
sin palabras, con ellas guardadas en el silencio, ocultas en el
sigilo. Para ello tenía sus razones: “no tengo nada más que
contarles. Pronto no habrá nadie que repita estas ficciones, y todo
será verdad”.
A manera de epílogo.
A un año de su
muerte, vale recordarlo por sus escritos, entre ellos el guión de
este film: https://www.youtube.com/watch?v=L5h0lt2FcP4
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