sábado, 21 de marzo de 2009

ENTRADA

Actualización del 31 de mayo de 2009.
A un día de terminar junio, a seis días del cumpleaños 98 de Julio y la Luna en un cuarto creciente que está más creciente.
Con disculpas para los lectores por no haber actualizado el blog cuando había prometido hacerlo.
Pero anhelo su comprensión por el titipuchal de trabajo que he tenido.
Hay cosas nuevas en: Invitad@s, Gráfico - foto - gráfico, Eliguero y ¡Habla-palabra-palabra!
Para que sepas qué visitar va el

CON TE NIDO

Intro-ducción
Novedad-es
Gráfico - foto - gráfico
Eliguero
¡Habla-palabra palabra!
Auto Bio Grafía S
Invita-d@s
Trebejos





A manera de justificación y presentación.




¿Qué haces? Durante mucho tiempo has anhelado tener una pizarra grande en un lugar de mucho tránsito, un altavoz en el tejado más alto del pueblo y con las bocinas apuntando a los cuatro puntos cardinales, una paloma mensajera que vaya dejando por donde pase misivas, recados, cuentos. Una noche de febrero (a punto de cumplir 49 años) tienes esa pizarra-bocina-paloma, ¿qué haces con ella? Una pregunta hecha dos veces para decirte que tengo un espacio y muchas cosas que comentar pero sin saber por dónde empezar. Aunque ya estoy dando orden a mis ideas.

Este blog será como una botica, una farmacia de las antiguas. O mejor, como la tienda de mis tíos abuelos la Delta (y no como la agenda de mi abuelo Bernabé o como sus cuartos, invariablemente ordenados, ya fuera en la Gabriel Hernández, en el DF o en la casa de Santa Cruz). Allá por 1946 los ahora tíos abuelos Hernández Bernal vendían abarrotes, casi recién llegados a esta región. Mi abuelo (Florencio) aún vivía. Continuaban el negocio familiar que habían tenido en Pahuatlán. Luego cambiaron de giro. Los abarrotes fueron cediendo su lugar a la papelería. Como tal era un negocio sui generis. Podías comprar vaselina (luego brillantina), anzuelos, hilo cáñamo, plumas y manguillos (y luego bolígrafos), libros para primera comunión, palillos de sabores, habanos, postales de Huauchinango, libros de corte y confección, el calendario de Galván, chicles Adams, velitas y muñecos de azúcar para pastel, crema y grasa para zapatos... Todo en un ambiente cargado de olores en choque: metal (con la sensación eléctrica que deja en la boca), papel, tinta, jabones California… así que este espacio será como la papelería.

3 comentarios:

  1. Saludos Víctor! Bueno, pues pasaré de vez en cuando a comprar, ver y/o leer a esta tienda-papelería-botica-bodega-sala de exposición...

    un abrazo
    Ana Laura

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  2. Al momento de leer tus líneas sobre la mediocridad, me recuerdas el libro "El laberinto de la Soledad" de Octavio Paz, al describir a un pueblo con complejos resultado de la conquista española, me parece que tenemos que romper con esas ligaduras históricas, para dar paso a un pueblo creativo, trabajador y comprometido como lo fueron nuestros antepasados mesoaméricanos.
    Por lo que respecta a tu descripción me gusta tu estilo fresco y jovial.

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