Viernes 28 de octubre.
Es emocionante. llego de México y encuentro a Huah¿chinango revestido de neblina, humedad y frío. ¡Bien! Una oportunidad para rememorar el Huauchinango de muchos ayeres.
Sábado 29.
Lectura de Tomóchic. Primer capítulo, primera página. Me entretengo dos minutos en este enunciado "Miguel, erecto el entrecejo de su rostro imberbe quemado por el sol, contempló con aire de aburrimiento y cólera aquella plazoleta...".
Ensayo de coro. Va pensiero. La cantamos dos veces entera. Los fragmentos son para reafirmar los forte. Disfruto entonar la pieza y saboreo cada una de las palabras.
Me enojo y entristezco: mi tía, casi presa en su Castillo de la Pureza vive rodeada de mentiras, intrigas, odios inyectados y cultivados, esperanzas consumidas. Ve y escucha por los labios de su hermano. Esas palabras la alejan cada día más de sus anhelos y aspiraciones. Cada vez se halla más extraviada entre incoherencias e incongruencias. Se consume en la injusticia.
Aprendo que hogar es el sitio donde vives y alguien te espera o esperas o te esperas.
La Catrina. Dudo entre ir a su presentación o a escuchar el ensamble en Mictlán. Me entero que atracomulco patrocina. Eso influye en mi opción. Pero La Catrina me decepciona. Solo la interpretación al piano, solo eso tiene sentido en medio de un chorro de palabras, imágenes y escenografías cansadas e inconexas.
Y casi concluyo el día con estas líneas.
Este día terminará cuando termine pero mañana amanecerá más tarde.
Al menos hoy la neblina se ha empecinado.
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